Las personas tomamos todos los días cientos, tal vez miles de decisiones. Decisiones triviales, de poca importancia, algunas de carácter más relevante y a veces decisiones de “vida o muerte”. La mayoría las tomamos sin darnos cuenta y sin pararnos a pensar, pero ¿alguna vez has pensado que podría suponer tomar una decisión sobre algo?
Piensa en las
decisiones que has tomado hasta ahora, la carrera universitaria que has
escogido, los hobbies que tienes, amistades, relaciones… ahora piensa como
sería tu vida si hubieras cambiado algo de eso; no es fácil pensar en que
habría cambiado, ¿Qué hubiera pasado si en vez de estudiar, por ejemplo,
medicina, hubiera elegido derecho? Lo más probable es que la persona que eres
hoy no exista. Puede sonar como un extremismo pero la persona que eres hoy se
basa en las decisiones que has tomado en tu vida y cualquier variación de ella
crea infinitos caminos, infinitas posibilidades que hacen que tú como persona
seas diferente.
Le llaman efecto mariposa, “una mariposa que bate sus alas
en un lugar del mundo puede generar una tormenta en el lugar opuesto del
mismo”, a mi me gusta llamarlo acción y respuesta. Todo lo que hagas en tu
vida, tendrá de algún modo u otro una repercusión que a lo mejor puede ser
mínima pero existe y que supondrá cambios en tu forma de ser, de pensar y de
vivir.
Y aún así, vivo con una filosofía en la cual nunca me
arrepiento de las decisiones que he tomado, pues con ellas y teniendo en cuenta
las infinitas posibilidades que puedan haber existido han dado lugar a lo que
soy hoy, a conocer a la gente a la que aprecio y a tener la vida que tengo.
Hay una película muy recomendada sobre la toma de decisiones
muy buena que
hay que ver, su nombre es “Las posibles vidas de Mr Nobody”.
Y a veces es irremediable pensar…. ¿Qué hubiera pasado si…?
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